26/1/16

en el temblor,
cuando todo se sacude
y nuestra cama
vira, repentina,
del sueño más intenso
a la vigilia,
con el traqueteo inquieto
de un terromoto
de 6,3 grados de intensidad
en la escala de Richter,
digo tu nombre
-una pregunta, una
promesa-
y no necesito
tocarte más
que con mi voz alerta
16 segundos interminables
según los periódicos
de madrugada
para saber que el mundo
no va a acabarse
-sobre nosotros-
todavía

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