no tengo mi mejor vestido,
por supuesto no tengo mi mejor zapato,
pero tengo tu brazo, este paraguas
negro que me cubre y sale
de ti, las luces enlazadas
en la calle bauernmarkt
por la que pasaban caballos esta tarde,
la victoria sencilla del descubrimiento
de una barra de carmín en mi maleta,
y la entrada, palpitante, de la ópera de viena.
estoy feliz. y el gallinero
será nuestra conquista
junto charcos transparentes
que reflejen la ciudad.
1 comentario:
Gusto gusta. Sí señora.
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