actos fortuitos para la esperanza
he
traído flores de la calle,
del
puesto de la plaza
donde
siempre dices que no compre
porque
te dan pena
los
cadáveres perfectos
de
las plantas.
he
traído flores de la calle
y
he dado sentido a un jarrón
que
sólo cogía polvo en el estante.
no
había ningún motivo,
quizá
el recuerdo de las margaritas
que
mi padre llevaba a casa
tras
el trabajo, o el simple
romanticismo
inútil
que
me inunda a veces.
pero
míralas, es primavera
en
pleno otoño, el hombre
ha
conquistado las estaciones
con
sus invernaderos y un día
conquistará
la vida, con mucho esfuerzo,
y
pondrá nombres sencillos a la felicidad,
puede
que nombres que no deban
comprarse
con dinero.
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