20/2/14

llevé el amor a tu puerta
cuando eras hierro y herida,
cuando el cristal se hacía
cuerpo en ti, que no sabías
de caricias ni ternura,
que habías examinado
la compasión de los otros
sin hallarla en tus costillas.
rodeé con mis brazos tus brazos,
con mi voz tu voz, con mis ojos
tus ojos de huida permanente,
y la piedra que tú eras
se hizo miel entre mis manos
transparentes. me elevaste
al regalarme aquello nuevo
que tú eras, criatura, caramelo,
¡cómo conquistamos la tierra
con tu vuelo y tus maneras!
¡cómo coronamos los profundos
misterios de la tierra!
¡cómo me salvaste,
al salvarte yo!

No hay comentarios: