1/9/10

madrugándote
me gusta observarte mientras deambulas por la casa,
disimular detrás de un libro para verte cómo eres
cuando crees que no te miro o cómo eres
cuando sabes que te miro disimulando.
me gusta observarte hacer las cosas típicas del recién levantado:
engarzar una a una y en orden tus manías, aprenderte,
descubrir con cada paso ese gesto despreocupado,
ese fruncir la frente,
tocarte una oreja.
me gusta, sobretodo, descubrirte observándome
mientras finjo que no te miro,
retomar el verso que he dejado a medias porque has suspirado,
porque has vuelto a la habitación o has subido la persiana,
volver a saborear el café que quedó prendido de una idea
mientras realizabas cualquiera de esas tareas
absurdas en las que te ocupas tan solo
para evitar mirarme, para evitar la tentación de tenerme
en la misma habitación de la que escapas constantemente
en búsqueda de nuevas obligaciones que no sirven para nada,
que sólo ponen de manifiesto que estás aquí, que estoy aquí,
que estamos terriblemente solos en un piso de cuarenta metros
a punto de estallar por el deseo.




hoy no hacía falta, no?

4 comentarios:

chose dijo...

Maravillosa voyeur de lo cotidiano.

Roberto dijo...

dios mío...que texto que palabras me relamo...mucho

delicioso, de veras

DANI dijo...

Adivinarse cada día es precioso.

Besos preciosos

MâKtü[b] dijo...

Me encanta mirar disimulando...

ainsss, necesito compartir mis propios 40 metros cuadrados...^^