30/7/09


El viento sopla de huracán en las aceras, tamborilea descalzo en los carteles de las tiendas y abraza con violencia cuerpos titilantes que avanzan a ciegas evitando las cascadas de hojas verdes que revolotean entre arena. Yo he dejado mis ganas de ofrecer resistencia en casa. Camino, delgada y lenta, sin cerrar los ojos. El pelo se me enreda en todas partes como si quisiese decirme vuelve atrás. Ya no me importa, no importa nada. Estoy decidida a perderlo todo si hiciera falta. Un trozo de papel se estrella en mi barriga, expandiéndose para acompañarme. Lo miro entre las sombras de mis rizos en movimiento caótico. Es ahora recitan unas letras pulcras contra mi vientre.

No hay comentarios: