25/5/07


qué fácil sería que pudieses leer en el mundo todo lo bello que cree para poseerte, que pudieses decir al último verso: fue sólo para mí, que lo entendieses. qué simple sería si encontrases mis vocales esparcidas en la tierra, alumbrando bocas muertas de puro silencio, que allí, donde se esconden las palabras supieses tú mirarme, reconocerme, perdida ente un vocabulario tan absurdo, chocando contra las paredes, arrojada siempre al último sonar del acento interminable,a una pausa, a un voy a volver, a un me saboreas. Y siempre, y siempre cazando suspiros que no fueron para mí, siempre escuchando palabras de niños en boca de hombres, siempre buscando robar a la orilla de un nombre, todo lo sutil que no creaste para mí, todas las declaraciones de independencia ficticia que necesito para recomponerme en la mañana, cuando nada conserva tu olor, y decir entonces: tuvo sentido. Decir: encontró mis mensajes al fondo del mar, leyó mis frases en la arena, supo de mi amor por los corales, supo... supo que todos sabían que lo quería. no dejar al olvido los textos preñados de sal. Te los robará, te los robarán todos para jurar de pasión y deseo, para arrojar las sirenas a las sábanas de papel.

¿Cómo duermes tranquilo sabiendo que otros encontraron mis versos?







Merezco el amor de un poeta

3 comentarios:

Carlos Horacio dijo...

¿Cómo duermes tranquilo sabiendo que otros encontraron mis versos?

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Sniff.

Muchas veces, cuando una persona es motivo de lo que escribimos (o cuando se dedica un texto), lo difcil es escribir para esa persona como si se escribiera para todos.

Unknown dijo...

No te confundas, nosotros salimos a la calle a buscar tus versos, y te encontramos allí, desnuda, subida en lo más alto de una montaña de palabras, disparando signos de interrogación en todas direcciones, llorando puntos y aparte, anhelando esdrújulas, repartiendo besos en prosa… quizás fue un atrevimiento infiltrarnos en sus sueños, pero puedes despertar cuando quieras.
Mientras, duerme tranquila, todos los poetas velarán tu descanso

Patricia García-Rojo dijo...

sólo... gracias (con voz pequeñita de pura fragilidad)